buscando a la señorita Trixie

He abierto unas cuantas cajas, buscando algo. Tal vez unas fotos, un pedazo de jade encontrado en la boca de un muerto, un marco vacío para el estudio, algo con lo que aplacar esta pulsión, este basso continuum, esta pasaglia po polsku... No sé, algo echó raíces ahí, bajo el ombligo y no puede uno controlar su voluntad durante días enteros, inclusive semanas. Cuando no me encuentro inmerso en la búsqueda indecisa y movediza de mi ser estoy durmiendo. Y cuando no estoy durmiendo y no estoy inmerso en una búsqueda indefinida y bulímica de algo, unas líneas de Susan Sontag o la mouse de rasage de Biotherm para afeitarme las pelotas después de la siesta, un solo gesto entre el índice y el pulgar basta para que todo vuelva a rodar. Así que esas tenemos ¿no? ¿volvemos a la antigua querella entre poesía y verdad? ¿que en Francia ya no saben qué hacer con Sartre? ¿dónde puñetas estará la crema hidratante?
Me giro, lo miro, digo algo, Lars pone cara de aburrimiento. Todo se me vuelve reversible y aun así no sé qué hacer con este pibe desnudo que no conozco, que mira con ojos sesgados lo que para él parece ser un jeroglífico, porque sólo habla danés, y su español es mínimo, aunque nos las apañamos para que nuestras conversaciones se vean limitadas a decidir si vamos a la cama antes o después de comer; ahora más o menos le entendí que había leído en alguna parte, un artículo de sexo tántrico o algo así, que no es recomendable follar con el estómago vacío; yo, que no soy nada supersticioso y ya he comido, le propongo aplazar el almuerzo e ir a la cama directamente. Lars es apasionado y también intenta ser complaciente; a veces, nada más llegar a su apartamento, se desnuda en un pestañeo y arroja contra mi su cuerpo lampiño, retorciéndose como una serpiente dorada; últimamente me nota poco receptivo, aun así intento no contradecirme y le sigo el rollo de nuevo. El resto es historia. El resto del tiempo intento mantenerme entretenido con cualquier cosa.
Labels: microrrelatos, tentativas
<< Home