De H.W. Shortfellow:
Cuando la muerte esté cerca, toda huella de nuestro pasado deberá irse con nosotros indefectiblemente. Eliminar todo vestigio de nuestras vidas, hayan tocado estas la gloria o la miseria más abyecta, será entonces la consigna. Aquello que sea susceptible de producir alguna remembranza en los demás deberá ser borrado de la faz de la tierra; en nuestro anterior espacio vital solo habrá de quedar un vacío negro y enorme como un rastro que les recuerde a los demás no solo lo absurdo de nuestros planes, sino tambien lo ínfimo de nuestro paso por el mundo.
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