snuff gauchos
Del "Selections" from The Readers' Digestive de Octubre de 1984, leemos: «Cortajarena fue definido por la señora González como un individuo repugnante que siempre estaba hurgándose la nariz. Medía 1,90, era de contextura gruesa, cabello negro y pequeños ojos grises. Provenía de una tradicional familia de hacendados que se había hecho rica en tiempos del General Rosas. Según los parroquianos, era una persona problemática. Había sido detenido varias veces por ebriedad, escándalos varios y desacato a la autoridad. La estancia "La Deseada", a 30 kms de Dolores, donde supuestamente se habrían realizado las filmaciones, le pertenecía. En el pueblo ya habian desaparecido tres mujeres y se estaban realizando algunas pesquisas en campos aledaños. Se detuvo a dos personas, pero nunca llegaron a nada. A mediados de la década del 70 era famosa y muy apreciada entre los "connoisseurs" del trash y el cine "gore" una trilogía de películas que supuestamente se habría filmado en Argentina. La primera fue distribuida en Brasil bajo el nombre de "O Paroxismo". De la segunda nadie tiene conocimiento hoy en día. La tercera circulaba en los cines "X" de Manhattan a fines de 1978 bajo el título de "Please, don't play with my intestines". En ella, una mujer de mediana edad es virtualmente "carneada" frente a la cámara, a la manera de una res vacuna. Luego de estaquear su cadáver, dos individuos enmascarados proceden a asarla a la brasa. Destaca la estatura de uno de ellos. La mala calidad del negativo disimula los paupérrimos efectos especiales. Años más tarde, en su lecho de muerte, Heriberto Suñé, un asiduo cliente de la pulpería del pueblo, aseguró que la mujer frente a la cámara se trataba de "Chelita", una de las dos prostitutas que desaparecieron en los últimos días de 1969. En medio de atroces convulsiones, contó que Cortajarena y Quiroz, otro conocido estanciero de la zona, propietario del tambo "La Cuajada", eran los asesinos de las mujeres desaparecidas, y que habían filmado más de una docena de películas. Según Suñé, la señora González proveía la rudimentaria iluminación (ella lo negó tajantemente, como era de esperar), y a él lo habían obligado bajo amenazas a ejercer de improvisado microfonista. Sobre el misterioso camarógrafo nada se ha dicho. Los planes a corto plazo de esta pequeña "compañia" eran ambiciosos; la distribución y comercialización de sus productos en el ámbito internacional. Nunca llegaron más allá de Paraguay. Diversas cinematográficas especializadas de Estados Unidos y Europa ya se han lanzado a la búsqueda de estas filmaciones a lo largo y a lo ancho de toda Latinoamérica...»
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