"La comédie spiritiste"

1- El avión no encuentra la pista de despegue, atravesando senderos angostos y sinuosos delimitados por filas de arbustos cuidadosamente recortados.
Una vez en el aire, el vuelo es rasante, las terrazas de los rascacielos se acercan peligrosamente. El sol brilla metálico sobre las aguas marrones. Regreso...
2- Rápido contraplano esfumado; El colectivo de la línea 6. Algunas calles me resultan desconocidas. Villa Crespo ha cambiado mucho. Me acerco a la casa de mamá a una velocidad de vértigo, con un zarandeo violento en los tornillos flojos. Hay un edificio en llamas en la urgencia borrosa de la calle. El colectivo para en Plaza Real. La vibración conspicua se detiene.Todo es silencio otra vez. El conductor ha desaparecido.
3- Reunión de agasajo por mi regreso en casa de mamá. Estan mis hermanos. Hay una señora elegante, su cuello arrugado surcado de perlas, recostada sobre el cubrecama anaranjado, como si de su chaise-longue se tratase. Me la presentan. Me abraza. Susurra mi nombre al oído, la "ese" final serpentina, como la "soothing voice" de esa película de terror de bajo costo que siempre estuvo en mi cabeza. Su cuerpo se aprisiona contra el mío, la rigidez almidonada de su wonderbra arañando la superficie de mi camisa de villela. Sus palabras (aunque solo se tratase de mi nombre) evocan un desasosiego posible, la ruina económica y moral flotando en el inconciente colectivo de los que ahora circulan por esta habitación. El ayer y todo su séquito.
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